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Capítulo
Punto 956
El apóstol · Punto 956

 Entiendo bien que te diviertan los desprecios que te hacen —aunque vengan de enemigos poderosos—, mientras sientas la unión
con tu Dios
y con tus hermanos
de apostolado.
—¿A ti, qué?

Comentario

Texto escrito –todo parece indicarlo– a renglón seguido del punto anterior 955. El nuevo punto se inspira, en efecto, en la continuación de la Carta circular que San Josemaría estaba escribiendo en aquellos momentos:

«Todo lo demás (escasez, deudas, pobreza, desprecio, calumnia, mentira, desagradecimiento, contradicción de los «buenos», incomprensión y aun persecución de parte de la autoridad) todo, no tiene importancia, cuando se cuenta con Padre y hermanos, unidos plenamente por Cristo, con Cristo y en Cristo. No habrá amarguras, que puedan quitarnos la dulcedumbre de nuestra bendita Caridad» [1].

El matiz de considerar «divertidos» los desprecios es muy característico del espíritu que vivía San Josemaría y transmitía a los demás. Ya se ha dicho que San Josemaría no quería tener enemigos personales, y que sólo quería tener amigos (vid punto 838).

La expresión «enemigos poderosos» hay que entenderla a partir de ahí: quiere subrayar la capacidad de perjudicar el proyecto apostólico que, en principio, podrían tener esas personas. Y sin embargo, a San Josemaría le «divierte» el desprecio de esas personas tan importantes. La razón es su total confianza en Dios.

Ya en el punto 478 había prevenido al lector de andar ¡a estas alturas! buscando «los consuelos de los poderosos».

Sobre la «contradicción de los buenos», leer el comentario al punto 695.


[1] Carta circular de San Josemaría Escrivá a todos los fieles del Opus Dei, Burgos 9-I-1939; EF 390109-1.