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Punto 11
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Carácter · Punto 11
Voluntad. —Lo que hay que hacer, se hace... |
Comentario
El punto 11 de Camino es el más antiguo de los hasta ahora estudiados–5-IV-1931– y uno de los más característicos de este capitulo [1]:
Sobre la expresión «¡Dios y audacia!» vid comentario /401. La fórmula latina «Regnare Christum volumus» parece como el contrapunto de la fe al «Nolumus hunc regnare super nos» de la parábola de San Lucas (19, 14). San Josemaría, desde los orígenes del Opus Dei, concentraba en tres expresiones –«Deo omnis gloria», «Regnare Christum volumus», «Omnes cum Petro ad Iesum per Mariam»– la síntesis de los fines últimos del Opus Dei dentro del fin de la Iglesia [2]. En 10-III-1931, apenas un mes antes de redactar este punto de Camino, había escrito:
Unos meses después meditaba la trilogía de fines y comprendía –escribe– que la misión que el Señor le había encargado tenía que ser:
La concatenación de esos tres fines aparece tematizada en un texto de la Instrucción de marzo del 34:
Toda la dinámica que expresa la doxología de la Plegaria eucarística exige, según San Josemaría, el reinado de Cristo, el «efectivo reinado de Cristo en toda la sociedad» [6]. Estas fórmulas –especialmente en sus abreviaturas: D.O.G., R.Ch.V., O.c.P.a.I.p.M.– aparecen «sembradas» por todas partes en los escritos «fundacionales» de San Josemaría y de manera especialmente intensa en sus Apuntes íntimos. El tema irá saliendo necesariamente a lo largo de estas glosas a los puntos de Camino. Véanse especialmente los puntos 301, 347, 832 y 833. La expresión «Regnare Christum volumus» ocupa un lugar central en la comprensión de la economía salvífica que tiene San Josemaría. El tema se hallaba en plena efervescencia en la conciencia católica de la época: estaba reciente la encíclica Quas primas, sobre la realeza de Cristo (1925), y se había instaurado con solemnidad la fiesta litúrgica de Cristo Rey [7]. En el ambiente católico, de los países latinos especialmente, el resurgir de la devoción a Cristo-Rey aparecía unido, de manera más o menos difusa, a determinadas opciones de carácter temporal, incluso político. Lo interesante es notar que en el pensamiento del Autor el «Regnare Christum volumus» tuvo siempre una neta significación espiritual, que en el lenguaje conciso de Camino se expresa, por ej, en el «puñado de hombres 'suyos'» (punto 301) que hacen falta para que Cristo reine, porque la crisis mundial es «crisis de santos»; y también en el punto 347, que retoma la idea en clave apostólica: «un apostolado de carácter profesional» [8]. Así reina Cristo y se da a Dios toda la gloria. Quizá sea éste el momento de transcribir uno de los autógrafos más próximos a la fecha fundacional del Opus Dei que se conservan. Es una pequeña y amarillenta ficha que dice así y con esta disposición:
San Ignacio de Loyola y Santa Teresa de Jesús Santa Teresa de Jesús y San Ignacio de Loyola, a los que San Josemaría tenía una gran devoción personal, aparecen, en éste y en otros lugares del libro, como figuras eminentes de la santidad y, aquí en concreto, de esa entrega sin reservas que se propone a los lectores, El Cardenal Cisneros (1437-1517), dotado de un carácter enérgico, fue el primer promotor de la llamada «Reformacatólica» en España: fomento de la espiritualidad, reforma de Órdenes religiosas, Universidad de Alcalá, Biblia políglota, complutense, etc.
La figura de este personaje de la historia de España ha ofrecido dificultad a los traductores del libro. Las ediciones alemana, inglesa, americana y francesa optaron, con permiso del Autor, por suprimir la referencia al Cardenal. Otros editores decidieron añadir una pequeña nota explicativa a pie de página [10]. [1] Cuaderno III, nº 190. [2] Sobre el tema vid Álvaro del Portillo, «A modo de conclusión del Simposio», en Santidad y mundo, 1996, pgs 280s. [3] Cuaderno III, nº 171. [4] Cuaderno IV, nº 386, 11-XI-1931. Las mayúsculas son del original. [5] Instrucción, 19-III-1934, nn 35-37. Este pasaje procede, a la letra, de un largo escrito de San Josemaría, dos años anterior a la Instrucción, que entregó a un amigo suyo sacerdote, Pedro Cantero Cuadrado, explicándole los fines y el significado del Opus Dei. Está fechado en 19-II-1932 y se conserva en AGP (sec A, leg 50-2, carp 9, exp 3). Pedro Cantero Cuadrado —Pedro Cantero Cuadrado (1902-1978), nacido en Carrión de los Condes (Palencia), ordenado Sacerdote en 1926, fue Rector de la iglesia del Real Patronato de Loreto y profesor de Doctrina Social Católica en el Instituto Superior de Cultura religiosa. Obispo de Barbastro (1951), de Huelva (1953) y Arzobispo de Zaragoza (1964-1977). Conoció al Fundador del Opus Dei en septiembre de 1930, pero Cantero consideraba decisivo un encuentro que fechaba el 15-VIII-1931. Participó en la labor apostólica de los comienzos del Opus Dei. Sus recuerdos están publicados en Testimonios sobre el Fundador del Opus Dei, 1994, pgs 59-96. [6] Cuaderno IV, nº 393, 15-XI-1931. Es significativo que Álvaro del Portillo, el sucesor de San Josemaría y primer Prelado del Opus Dei, que fue ordenado obispo en 1991, eligiera como lema para su escudo episcopal precisamente éste: «Regnare Christum volumus». El actual Prelado del Opus Dei, Mons. Javier Echevarría, tiene como lema episcopal «Deo omnis gloria». [7] Vid Pedro RodrÍguez, «Realeza de Cristo», en GER, XIX (1974) pgs 714-716. [8] San Josemaría, en una homilía en la fiesta de Cristo Rey de 1970, decía:
(Es Cristo que pasa, 183-184). [9] AGP, sec A, leg 50-4, carp 1, exp 7. En el dorso de esta octavilla hay un membrete de carta que dice: «José María Escrivá y Albás | Presbítero | Abogado | MADRID». San Josemaría escribió despuéscon lápiz rojo: «1928», para indicar la fecha del escrito. —El texto de Santa Teresa:
[10] Las ediciones italianas de Mondadori, al cuidado de Giuseppe Romano y con traducción de Ernesto Terrasi, incluyen desde 1996 la siguiente nota: «Cisneros (1436-1517): cardinale spagnolo, reggente del trono di Spagna e confessore della regina Isabella la Cattolica. Il Cardinale Cisneros iniziò la riforma della Chiesa in Spagna, anticipando quella che, anni dopo, il Concilio di Trento avrebbe compiuto per tutta la cristianità. Erano celebri la tempra e l'energia del suo carattere (Ntd)». |