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Capítulo
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Punto 25
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Comentario
El original de este número se encuentra manuscrito al dorso de la última hoja de un ejemplar de Consideraciones Espirituales del año 33: precisamente el que San Josemaría entregó al P. Sánchez, su confesor, en julio de 1933. Éste se lo devolvió el 12 de agosto, como allí consta. Ese mismo día lo utilizó como «cuartilla» para sus notas y escribió a lápiz el punto de Camino. Al final de la jornada lo copió en su Cuaderno, donde se encuentra, fechado en ese día, nº 1050. Es uno de los tres puntos procedentes de la edición de Cuenca, de los que conocemos una fase redaccional anterior a los Cuadernos; los otros son: el punto 58 y el 172. Una breve glosa. La palabra «discusión» tiene en el lenguaje coloquial del libro la acepción del término que podría llamarse «popular» [1]. Discutir, en ese sentido, suele incluir el apasionamiento, como dice San Josemaría, que solía contraponer, a este estilo de discusión (expresión popular: «tirarse los trastos a la cabeza»), lo que él llamaba «estudiar los asuntos»; estudio que comporta la «discusión» en el sentido noble de la palabra. [1] La acepción primera en el «Diccionario de la Real Academia Española» (DRAE), ed 1925 y 1992, es, en cambio, la acepción noble: «examinar atenta y particularmente una materia entre varias personas». Como segunda acepción da la que es ya próxima a la «popular»: «contender y alegar razones contra el parecer de otro». |