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Capítulo
Punto 39
Carácter · Punto 39

 «Pida que nunca quiera detenerme
en lo fácil».

—Ya lo he pedido.

Ahora falta
que te empeñes
en cumplir
ese hermoso propósito.

Comentario

camio 39

El origen de este punto es una carta de Ginés Albareda en la que daba noticia a San Josemaría de su inmediato viaje a América [1]. Dice así:

«Querido Padre: Hasta pronto. Embarco mañana en Boulogne. El mundo es pequeño... […] Encomiéndeme a Dios y ruegue por todos mis anhelos y porque nunca quiera detenerme en lo fácil» [2].

La idea gustó a San Josemaría y pasó inmediatamente a «Noticias» de noviembre de 1938. Debidamente apostillada, dio lugar al punto de Camino [3].

Éste punto es el primero que encontramos de una serie –repartida a lo largo de todo el libro– en la que San Josemaría conversa con los lectores sirviéndose de un previo diálogo epistolar con amigos y personas que se dirigían espiritualmente con él.



[1] Ginés, en otro anterior viaje a América, trajo la pequeña máquina de escribir con la que San Josemaría mecanografió personalmente el texto de Camino que llevó a la imprenta.

Ginés Albareda, en su madurez

 

[2] Carta de Ginés Albareda a San Josemaría Escrivá, París 25-X-1938; AGP, sec E, carp 724, exp 5.

[3] La carta y la expresión de Ginés Albareda debió ser comentada por el Autor de Camino con el grupo de miembros del Opus Dei que estaba en Burgos. Tal vez les leyó la carta, como hacía con frecuencia, en reunión familiar.

Digo esto porque Álvaro del Portillo, que escribió por encargo de San Josemaría un detallado relato de cómo se pasó (octubre del 38) a la zona nacional con otros dos compañeros (Eduardo Alastrué y Vicente Rodríguez Casado), termina su relato con estas palabras

: «Después de esta jornada, que ha sido –ya que ahora tan de moda están los cursillos– como uno [un cursillo] práctico de confianza en Dios, sólo es menester, como dice Ginés, que nunca nos queramos detener en lo fácil. Lo demás sabemos positivamente y, desde ahora de modo especialmente práctico, que se nos dará por añadidura»

(Álvaro del Portillo, De Madrid a Burgos pasando por Guadalajara, relato manuscrito; AGP, sec B-1, leg 50, carp 3; la cursiva es mía). Por lo demás, el dato ayuda a fechar el relato de Mons. del Portillo, que hay que situar en los primeros días de noviembre de 1938.