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Capítulo
Punto 372
Formación · Punto 372

Si tienes un puesto oficial, tienes también unos derechos,
que nacen del ejercicio de ese cargo,
y unos deberes.
—Te apartas de tu camino de apóstol,
si, con ocasión
—o con excusa—
de una obra de celo,
dejas incumplidos
los deberes del cargo. Porque me perderás
el prestigio profesional, que es precisamente tu «anzuelo de pescador de hombres».

Comentario

Insiste San Josemaría en el tema del prestigio profesional de los cristianos en relación con el testimonio apostólico. El prestigio profesional de que se habla en Camino es:

«el resultado, reconocido socialmente, de la tarea profesional de un hombre que se la toma en serio y le dedica lo mejor de su esfuerzo» [1].

Un cristiano que quiera santificar su trabajo –cualquiera que sea– tiene que aspirar a eso. Por lo demás, la doctrina ética de este punto es de una gran vigencia.San Josemaría Escrivá la predicaba y explicaba con frecuencia, como se refleja en este apunte de meditación, que pudo ser el «recordatorio» para este punto de Camino:

«Falsa humildad. Virtud de la fortaleza. Derechos personales. Derechos del cargo» [2].

«Anzuelo de pescador de hombres». San Josemaría inserta en la economía de la salvación esa dimensión de la vida profesional –el prestigio, en el sentido arriba dicho– sirviéndose de la pesca milagrosa según San Lucas y aludiendo a la total dedicación de Pedro a la misión: «ex hoc iam homines eris capiens» (Lc 5, 10).

El prestigio profesional no es para servir al orgullo del trabajador, sino para servir a Jesucristo. A este propósito, interesa leer el punto 978, que es otra reflexión sobre «los pescadores de hombres».

Vid en general, los puntos 372, 808, 792 y 799, que presentan el significado de la pesca milagrosa en el horizonte de la vida secular y profesional.

En esta perspectiva aparece bajo nueva luz por qué una hora de estudio (una hora de trabajo) es «una hora de apostolado» y «una hora de oración». Vid el comentario al punto 335.



[1] P. Rodriguez, Vocación, trabajo, contemplación, 1986, pg 97.

[2] Ejercicios Espirituales, Plática «Espíritu de humildad», Vitoria VIII-1938; guión nº 118.