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Capítulo
Punto 386
Formación · Punto 386

No olvides, hijo,
que para ti
en la tierra
sólo hay un mal,
que habrás de temer,
y evitar
con la gracia divina:
el pecado.

Comentario

Es uno de los numerosos textos [1] que San Josemaría pasó a su Cuaderno (el VII, nº 1100) el 5-I-1934. El tenor literal es idéntico, con esta diferencia: «gracia de Dios» en vez de «gracia divina». Como se ve, San Josemaría reserva para el cierre del capítulo «Formación», en el que ha tratado aspectos tan diversos de la fisonomía del hombre cristiano inmerso en la vida secular, el mismo punto con que se cerraba en la edición de Cuenca, que contiene una radical afirmación del mensaje evangélico: el mal es el pecado.Concretamente, San Alfonso María de Ligorio lo decía casi con las mismas palabras

«Un solo mal hemos de temer: el pecado» [2].

San Josemaría recibe la tradición y la transmite, subrayando –en el momento mismo de formular esa tradición– el ámbito de la libertad y de la gracia, que es llamada a la responsabilidad personal: no sólo temer el pecado, sino luchar para evitarlo (libertad), confiando en la ayuda de Dios (gracia).



[1] Son: 110, 718, 435, 983, 386, 325, 65, 178, 174, 802, 173.

[2] En su obra El gran medio de la oración (edición castellana de Brepols, Turnhout, Bélgica, 1927) se contienen (pgs 122-125) 47 «máximas espirituales que han de ser familiares a todos los cristianos». El texto que hemos citado corresponde a la nº 9 (pg 123).